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lunes, 18 de mayo de 2015

TRABAJO SOBRE EL LAZARILLO

INTRODUCCIÓN

En este tema vamos a realizar un trabajo sobre las novelas del Renacimiento. A lo largo de este trabajo aprenderéis un poco más sobre el Renacimiento, las novelas que surgen en esta época y profundizaréis en el estudio de una de las novelas picarescas más destacadas El Lazarillo. Para terminar os convertiréis en escritores de la época inventando una nueva aventura de Lazarillo.

Se deberá entregar un trabajo por grupo. La redacción del trabajo será a mano, por lo que cuando las actividades sean individuales cada uno añadirá su parte.

PREPARACIÓN

Para llevar a cabo las actividades que os propongo a continuación debéis organizaros en grupos de tres personas.En algunas actividades trabajaréis de forma conjunta y en otras de forma individual. A continuación os presento todas las actividades. Leed con detenimiento qué debéis hacer en cada una de ellas.

ACTIVIDAD 1 : El Renacimiento y su literatura (actividad en grupo)

Debéis responder al siguiente cuestionario que os proporciono a continuación sobre la época y la literatura del momento histórico que estamos trabajando, el Renacimiento. Para ello debéis buscar los datos en las siguientes páginas:

1. Renacimiento. Contexto histórico

2. Renacimiento. Literatura.

3. Renacimiento. Poesía

Cuestionario

1. ¿En qué siglo se desarrolla el Renacimiento?
2. Indica la situación política, económica, filosófica y científica de la época.
3. ¿Qué características generales presenta el Humanismo?
4. ¿ Qué reyes gobiernan en España durante el Renacimiento?
5. ¿ Qué favoreció el intercambio cultural entre España e Italia?
6. ¿Quién escribió la primera Gramática castellana?
7. ¿ Quién fue el cardenal Gonzalo Jiménez de Cisneros? ¿Qué hizo durante el Renacimiento?
8. ¿Qué dos escuelas poéticas surgen en el Renacimiento?
9. ¿Cuáles son los tópicos que se utilizan en poesía?
10. ¿Qué autores destacan en la poesía del Renacimiento?

ACTIVIDAD 2: Las novelas del Renacimiento ( actividad en grupo)

Una vez que nos hemos situado en la época del Renacimiento, es hora de conocer qué tipos de novelas se escribían en esta época. Para ello vais a realizar un mural ilustrativo donde aparezcan los principales tipos de novelas de la época, una breve definición de las mismas, indicando autores y obras representativas. Posteriormente expondréis oralmente en clase dicho mural. Podéis encontrar información sobre este tema en las siguientes páginas:

- Novelas del Renacimiento

- Tipos de novelas renacentistas

- La novela del siglo  XVI

-Páginas 170 y 171 de vuestro libro de texto de SM.

ACTIVIDAD 3: La novela picaresca ( actividad en grupo )

Como ya sabéis, una de las novelas típicas del siglo XVI fue la novela picaresca; por eso, en este apartado vais a realizar un resumen que recoja los rasgos más característicos de este tipo de novelas, incluyendo autores, obras y argumentos; mostrando especial interés a El Lazarillo de Tormes. Para ello podéis consultar los siguientes enlaces. Sería una buena idea que os distribuyerais el trabajo, que cada miembro se encargara de una página diferente y luego poner toda la información obtenida en común.

- Siglo de Oro

- La novela picaresca

- Novela picaresca. Características. 

- La picaresca

ACTIVIDAD 4: EL LAZARILLO DE TORMES I ( actividad en grupo)

Ahora que ya sabéis un poco más sobre esta obra es hora de que realicéis una serie de actividades para mostrar todo lo que habéis aprendido. Leed el siguiente texto y realizad las preguntas que aparecen a continuación.

                             Lázaro comienza su aprendizaje


En este tiempo vino a posar al mesón un ciego, el cual, pareciéndole que yo servía para adestrarle, me pidió a mi madre y ella me encomendó a él, diciéndole cómo era hijo de un buen hombre, el cual, por ensalzar la fe, había muerto en la de los Gelves y que ella confiaba en Dios no saldría peor hombre que mi padre y que le rogaba me tratase bien y mirase por mí, pues era huérfano.

Él respondió que así lo haría y que me recibía no por mozo, sino por hijo. Y así le comencé a servir y adestrar a mi nuevo y viejo amo.

Como estuvimos en Salamanca algunos días, pareciéndole a mi amo que no era la ganancia a su contento, determinó irse de allí, y cuando nos hubimos de partir yo fui a ver a mi madre, y ambos llorando, me dio su bendición y dijo:

-Hijo, ya sé que no te veré más. Procura ser bueno y Dios te guíe. Criado te he y con buen amo te he puesto: válete por ti.

Y así me fui para mi amo, que esperándome estaba.

Salimos de Salamanca y, llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal y, allí puesto, me dijo:

-Lázaro, llega el oído a este animal y oirás gran ruido dentro de él.

Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome:

-Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo.

Y rió mucho la burla.

Parecióme que en aquel instante desperté de la simpleza en que como niño dormido estaba. Díjeme entre mí:

"Verdad dice éste, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo voy, y pensar cómo me sepa valer."

Comenzamos nuestro camino, y en muy pocos días me mostró jerigonza. Como me viese de buen ingenio, holgábase mucho y decía:

-Yo oro ni plata no te puedo dar; mas avisos para vivir muchos te mostraré.

Y fuese así: que después de Dios, éste me dio la vida, y siendo ciego me alumbró y adestró en la carrera de vivir.

      Vocabulario: Adestrarle: servirle de guía. Gelves: batalla en la isla de Gelves que está frente a Túnez. Par de la piedra: junto a la piedra. Jerigonza: lenguaje especial. Holgábase: se alegraba.

1. Responde a las siguientes preguntas sobre la obra:

a. ¿Cuál es el nombre completo de la obra?
b. ¿Quién fue su autor?
c. ¿En qué año se publicó por primera vez?
d. ¿A qué género pertenece?
e. ¿Por qué recibe el nombre de picaresca?

2. Escribe un resumen breve del texto " Lázaro comienza su aprendizaje".

3. Cuenta la primera prueba a la que el ciego somete a Lázaro. Escribe lo que opina Lázaro.

4. Escribe las dos palabras que marcan el comienzo y las dos que indican el final de las dos partes en que podemos dividir el texto.

5. Explica el significado de las siguientes expresiones: Mi nuevo y viejo amo // Siendo ciego me alumbró.
ACTIVIDAD 5: EL LAZARILLO DE TORMES II ( actividad individual)

A continuación tenéis tres fragmento de El Lazarillo de Tormes. Cada uno de vosotros debe leer un fragmento y realizar un resumen.

FRAGMENTO 1

Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tomé el sobrenombre; y fue de esta manera: mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de proveer una molienda de una aceña que está ribera de aquel río, en la cual fue molinero más de quince años; y, estando mi madre una noche en la aceña, preñada de mí, tomóle el parto y parióme allí. De manera que con verdad me puedo decir nacido en el río.
Pues siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso, y confesó y no negó, y padeció persecución por justicia. Espero en Dios que está en la gloria, pues el Evangelio los llama bienaventurados. En este tiempo se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre (que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho), con cargo de acemilero de un caballero que allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció su vida.

Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese, determinó arrimarse a los buenos por ser uno de ellos, y vínose a vivir a la ciudad y alquiló una casilla y metióse a guisar de comer a ciertos estudiantes, y lavaba la ropa a ciertos mozos de caballos del comendador de la Magdalena, de manera que fue frecuentando las caballerizas.

Ella y un hombre moreno de aquellos que las bestias curaban vinieron en conocimiento. Éste algunas veces se venía a nuestra casa y se iba a la mañana. Otras veces, de día llegaba a la puerta en achaque de comprar huevos, y entrábase en casa. Yo, al principio de su entrada, pesábame con él y habíale miedo, viendo el color y mal gesto que tenía; mas, de que vi que con su venida mejoraba el comer, fuile queriendo bien, porque siempre traía pan, pedazos de carne y en el invierno leños a que nos calentábamos.


De manera que, continuando la posada y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito, el cual yo brincaba y ayudaba a calentar. Y acuérdome que, estando el negro de mi padrastro trebejando con el mozuelo, como el niño vía a mi madre y a mí blancos y a él no, huía de él, con miedo, para mi madre, y, señalando con el dedo, decía:
-¡Madre, coco!

Respondió él riendo:
-¡Hideputa!

Yo, aunque bien mochacho, noté aquella palabra de mi hermanico, y dije entre mí: «¡Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos!».


FRAGMENTO II

Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino cuando comíamos, y yo muy de presto le asía y daba un par de besos callados y tornábale a su lugar. Mas duróme poco, que en los tragos conocía la falta, y, por reservar su vino a salvo, nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán que así trajese a sí como yo con una paja larga de centeno que para aquel menester tenía hecha, la cual, metiéndola en la boca del jarro, chupando el vino, lo dejaba a buenas noches. Mas, como fuese el traidor tan astuto, pienso que me sintió, y dende en adelante mudó propósito y asentaba su jarro entre las piernas y atapábale con la mano, y así bebía seguro.

Yo, como estaba hecho al vino, moría por él, y viendo que aquel remedio de la paja no me aprovechaba ni valía, acordé en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y agujero sutil, y, delicadamente, con una muy delgada tortilla de cera, taparlo; y, al tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrábame entre las piernas del triste ciego a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos, y, al calor de ella luego derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destilarme en la boca, la cual yo de tal manera ponía, que maldita la gota se perdía. Cuando el pobreto iba a beber, no hallaba nada. Espantábase, maldecíase, daba al diablo el jarro y el vino, no sabiendo qué podía ser.

-No diréis, tío, que os lo bebo yo -decía-, pues no le quitáis de la mano.

Tantas vueltas y tientos dio al jarro, que halló la fuente y cayó en la burla; mas así lo disimuló como si no lo hubiera sentido.

Y luego otro día, teniendo yo rezumando mi jarro como solía, no pensando el daño que me estaba aparejado ni que el mal ciego me sentía, sentéme como solía; estando recibiendo aquellos dulces tragos, mi cara puesta hacia el cielo, un poco cerrados los ojos por mejor gustar el sabroso licor, sintió el desesperado ciego que agora tenía tiempo de tomar de mí venganza, y con toda su fuerza, alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, le dejó caer sobre mi boca, ayudándose, como digo, con todo su poder, de manera que el pobre Lázaro, que de nada de esto se guardaba, antes, como otras veces, estaba descuidado y gozoso, verdaderamente me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me había caído encima.

Fue tal el golpecillo, que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos de él se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy día me quedé.

Desde aquella hora quise mal al mal ciego, y, aunque me quería y regalaba y me curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo. Lavóme con vino las roturas que con los pedazos del jarro me había hecho, y, sonriéndose, decía:

-¿Qué te parece Lázaro? Lo que te enfermó te sana y da salud -y otros donaires que a mi gusto no lo eran.


FRAGMENTO III

Pues estando en esta afligida y hambrienta persecución, un día, no sé por cuál dicha o ventura, en el pobre poder de mi amo entró un real, con el cual él vino a casa tan ufano como si tuviera el tesoro de Venecia, y con gesto muy alegre y risueño me lo dio, diciendo:

-Toma, Lázaro, que Dios ya va abriendo su mano. Ve a la plaza y merca pan y vino y carne: ¡quebremos el ojo al diablo! Y más te hago saber, porque te huelgues: que he alquilado otra casa y en ésta desastrada no hemos de estar más de en cumpliendo el mes. ¡Maldita sea ella y el que en ella puso la primera teja, que con mal en ella entré! Por nuestro Señor, cuanto ha que en ella vivo, gota de vino ni bocado de carne no he comido, ni he habido descanso ninguno; mas ¡tal vista tiene y tal oscuridad y tristeza! Ve y ven presto y comamos hoy como condes.

Tomo mi real y jarro y, a los pies dándoles prisa, comienzo a subir mi calle encaminando mis pasos para la plaza, muy contento y alegre. Mas, ¿qué me aprovecha, si está constituido en mi triste fortuna que ningún gozo me venga sin zozobra? Y así fue éste, porque, yendo la calle arriba, echando mi cuenta en lo que le emplearía que fuese mejor y más provechosamente gastado, dando infinitas gracias a Dios que a mi amo había hecho con dinero, a deshora me vino al encuentro un muerto, que por la calle abajo muchos clérigos y gente que en unas andas traían. Arriméme a la pared por darles lugar, y, desque el cuerpo pasó, venía luego a par del lecho una que debía ser su mujer del difunto, cargada de luto, y con ella otras muchas mujeres; la cual iba llorando a grandes voces y diciendo:

-Marido y señor mío, ¿adónde os me llevan? ¡A la casa triste y desdichada, a la casa lóbrega y oscura, a la casa donde nunca comen ni beben!

Yo, que aquello oí, juntóseme el cielo con la tierra, y dije:

«¡Oh desdichado de mí, para mi casa llevan este muerto!»

Dejo el camino que llevaba, y hendí por medio de la gente, y vuelvo por la calle abajo a todo el más correr que pude para mi casa. Y entrando en ella, cierro a grande priesa, invocando el auxilio y favor de mi amo, abrazándome de él, que me venga a ayudar y a defender la entrada. El cual, algo alterado, pensando que fuese otra cosa, me dijo:

-¿Qué es eso, mozo? ¿Qué voces das? ¿Qué has? ¿Por qué cierras la puerta con tal furia?

-¡Oh señor -dije yo-, acuda aquí, que nos traen acá un muerto!

-¿Cómo así? -respondió él.

-Aquí arriba lo encontré y venía diciendo su mujer: «Marido y señor mío, ¿adónde os llevan? ¡A la casa lóbrega y oscura, a la casa triste y desdichada, a la casa donde nunca comen ni beben!». Acá, señor, nos le traen.


Y ciertamente, cuando mi amo esto oyó, aunque no tenía por qué estar muy risueño, rió tanto que muy gran rato estuvo sin poder hablar


ACTIVIDAD 6: CREACIÓN DE UN TEXTO. (actividad individual)

Para concluir este viaje a través de la literatura del Renacimiento, debéis inventar una nueva historia donde el Lazarillo sea el protagonista. Una vez que tengáis claro el nudo de la aventura redactarla y añadidle algunas de las imágenes que podéis buscar en Internet.

EVALUACIÓN

- Cuestionario: 1 punto.
- Mural: ( exposición oral: 1 punto / mural: 1 punto)
- La novela picaresca: 2 puntos.
- Comentario de un fragmento: 1 punto.
- Resumen de un fragmento: 1 punto.
- Creación de una historia: 2 puntos.
- Presentación y ortografía: 1 punto.




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